Violeta de Isabel Allende: una historia entre dos pandemias

Violeta de Isabel Allende: una historia entre dos pandemias
Violeta de Isabel Allende: una historia entre dos pandemias

Violeta de Isabel Allende es una historia entre dos pandemias, escrita magistralmente por la autora. El recorrido de la protagonista de la novela emociona, atrapa, conmueve al lector. Realmente vale la pena leer este libro

 

 

Violeta de Isabel Allende es una novela preciosa, una vida que nace con la gripe española de 1920 y culmina con la pandemia del coronavirus que aún se mantiene vigente.

Violeta viene al mundo un tormentoso día del año 1920, siendo la primera niña de una familia de cinco varones. Desde el principio su vida estará impactada por acontecimientos extraordinarios, pues todavía se sienten las ondas expansivas de la Primera Guerra Mundial cuando la gripe española llega a las orillas de su país sudamericano natal, Chile, casi en el momento exacto de su nacimiento.

Así lo cuenta en el libro:

Vine al mundo un viernes de tormenta en 1920, el año de la peste. Esa tarde de mi nacimiento se había cortado la electricidad, como solía suceder en los temporales, y habían encendido las velas y lámparas de queroseno, que siempre mantenían a mano para esas emergencias. María Gracia, mi madre, sintió las contracciones, que tan bien conocía, porque había parido cinco hijos, y se abandonó al sufrimiento, resignada a dar a luz a otro varón con ayuda de sus hermanas, quienes la habían asistido en ese trance varias veces y no se ofuscaban. El médico de la familia llevaba semanas trabajando sin descanso en uno de los hospitales de campaña y les pareció una imprudencia llamarlo para algo tan prosaico como un nacimiento. En ocasiones anteriores habían contado con una comadrona, siempre la misma, pero la mujer había sido una de las primeras víctimas de la influenza y no conocían a otra.

Y continúa más adelante:

La pandemia no había tomado a mi familia por sorpresa. Tan pronto se corrió la voz de los moribundos que se arrastraban en las calles del puerto y del número alarmante de cuerpos azules en la morgue, mi padre, Arsenio del Valle, calculó que la plaga no tardaría más de un par de días en llegar a la capital y no perdió la calma, porque estaba esperándola. Se había preparado para esa eventualidad con la prisa que aplicaba para todo y que le había servido para sus negocios y para hacer dinero. Era el único de sus hermanos que iba camino de recuperar el prestigio de hombre rico que distinguió a mi bi­sabuelo y que mi abuelo heredó, pero fue perdiendo con los años porque tuvo demasiados hijos y era honesto. De los quince hijos que tuvo ese abuelo quedaban once vivos, número considerable que probaba la fortaleza de la sangre Del Valle, según se jactaba mi padre, pero cuesta esfuerzo y dinero mantener a una familia tan numerosa, y la fortuna fue desapareciendo.

Gracias a la visión del padre, la familia no sufrirá grandes consecuencias de esta crisis sanitaria para darse de bruces con una nueva, cuando la Gran Depresión altera la elegante vida urbana que Violeta ha conocido hasta ahora. Su familia lo perderá todo y se verá obligada a retirarse a una región salvaje y remota del país. Allí Violeta alcanzará la mayoría de edad y tendrá su primer pretendiente: Fabián.

En una carta escrita en los últimos años de su vida y dirigida a una persona a la que ama por encima de todas las demás, Violeta rememora devastadores desengaños amorosos y romances apasionados, momentos de pobreza y también de prosperidad, pérdidas terribles e inmensas alegrías. Moldearán su vida algunos de los grandes sucesos de la historia: la lucha por los derechos de la mujer, la lucha por los derechos civiles y la dictadura, en última instancia, no una, sino dos pandemias.

Violeta de Isabel Allende es una novela preciosa que hay que leer!

 

 

 

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *