La piel del tambor, novela de Arturo Pérez-Reverte
La piel del tambor, novela de Arturo Pérez-Reverte, es un relato que no concreta del todo las expectativas que genera. De todos modos la historia es entretenida y atrapa al lector hasta el final
La novela de Arturo Pérez-Reverte, La piel del tambor, promete más de lo que cumple.
En la contratapa del libro se puede leer lo siguiente:
«Un pirata informático que se infiltra en el Vaticano. Una iglesia barroca, en Sevilla, que mata para defenderse. Tres pintorescos malvados que aspiran a mantener viva la copla española. Una bella aristócrata andaluza. Un apuesto sacerdote-agente especialista en asuntos sucios. Un banquero celoso y su secretario ludópata. Una septuagenaria que bebe coca-cola. La tarjeta postal de una mujer muerta un siglo atrás. Y el misterioso legado del capitán Xaloc, último corsario español, desaparecido frente a las costas de Cuba en 1898».
«Con esos ingredientes, Arturo Pérez-Reverte construye en La piel del tambor una ingeniosa, compleja y fascinante trama novelesca. Con su imaginación desbordante, su espectacular dominio de la ingeniería narrativa y de los diversos géneros superpuestos -misterio, policíaco, historia, romanticismo, aventura, folletín- el autor nos sumerge sin aliento en una historia que corta al lector cualquier posible retirada, arrastrándolo a un enigma cuya clave se esconde a la sombra de los viejos muelles del Guadalquivir; donde todavía hoy, en las noches de luna llena, sombras de mujer agitan sus pañuelos y goletas tripuladas por fantasmas siguen zarpando rumbo a las Antillas».
Es cierto que la novela tiene su ingenio, pero la trama cada vez se empobrece más con el correr de las páginas, los personajes comienzan a diluirse y sus intereses despiertan más dudas que respuestas durante el relato. ¿Qué mueve al supuesto asesino a asesinar? Nunca queda claro en la novela. La narración se vuelve por momentos extensa y podríamos decir que para un libro de 600 páginas, muchas de ellas sobran.
En un instante pareció que podía adentrarse al mundo de Los Templarios y del misticismo masónico, pero lentamente nos vamos dando cuenta que eso no se plasma en el texto.
Por supuesto que no se le puede pedir a la obra que tenga la acción de La Espada de Elohim, Latidos del Fuego, pero uno se va quedando con la espina de que podría pasar algo más, algo más inquietante o profundo para un libro tan extenso.
La prosa de Arturo Pérez-Reverte es cálida, fluida, transparente. En esta oportunidad lo que no se vio en un nivel alto fue la trama y el destino de los personajes, llegando al cierre del relato donde el lector sigue esperando algo que trascienda el texto, una emoción más honda o un mensaje más removedor. Nada de eso llega al cerrar el libro.
Sí podemos decir que la intriga de saber la identidad del hacker y del asesino te mantiene en vilo hasta el final. Ese podríamos decir que es el gran mérito de La piel del tambor.