El médico de Flandes

El médico de Flandes

El médico de Flandes

 

El médico de Flandes del escritor Antonio Cavanillas de Blas es una novela histórica que despierta mucho interés en el lector. Lamentablemente la obra no fue muy promocionada cuando salió al público en el año 2000. Pero nosotros, por eso de ser tercos, queremos rescatarla nuevamente ya que su historia realmente lo amerita.

Como sintetiza muy bien la tapa del libro: «un recorrido por la época de Felipe II de la mano de su médico personal».

El libro se nutre de escritos del médico personal de Carlos V y de Felipe II, llamado Andrés Vesalio.

Para todos aquellos amantes de la medicina sin dudas que es un libro ineludible porque presenta preciosos fragmentos vinculados a la forma de curar heridas y enfermedades de ese momento histórico.

A modo de ejemplo: «He recibido una extensa carta de Filipo Ingrassia, de tan grato recuerdo en nuestra reunión del año pasado. Me pide consejo el siciliano acerca del tratamiento que debe seguir con su paciente, D. Juan de Aragón, marqués de Terranova, que en Taormina, en el transcurso de un duelo al pie del Etna, resultó herido de bala en la base del pulmón derecho. La herida es en sedal, es decir, atraviesa de parte a parte el tórax, con orificios de entrada y salida. Por la descripción que me hace de las lesiones el marqués ha escapado vivo de milagro, pero quedando con fuerte dolores, fiebre discontinua y tos intensa sin expectoración. Las heridas han cerrado espontáneamente, pero una de ellas, la situada en la parte anterior de la base del tórax, justo encima del hígado, por donde entró el proyectil, presenta abombamiento, enrojecimiento y calor local, signos todos ellos de supuración. Quiere saber mi buen amigo y colega de Palermo si está indicada en este caso la apertura amplia de la cavidad torácica para evacuar el empiema y lavar la cavidad pleural, o si basta simplemente con la dilatación y extracción del pus, cosa que al parecer ha hecho sin lograr mejoría. Aconsejo en mi respuesta a Ingrassia el drenaje pleural amplio, pues cualquier otra solución está condenada al fracaso por sobrevenir, en mi experiencia, recidivas o extensión del proceso. En todos mis casos de empiema pleural, más de tres docenas, obré de esa manera, con drenaje generoso, puesta a plano y eliminación de recovecos y anfractuosidades, acompañándome los buenos resultados en diecisiete ocasiones. En otras once los pacientes fallecieron en el acto quirúrgico, y el resto de los óbitos se produjeron al cabo de algún tiempo por septicemia generalizada. Representa casi un cincuenta por ciento de buenos resultados, que en cirugía torácica es una estadística brillante».

Pero obviamente no está dirigido solamente a los amantes de la medicina. Su buena prosa, la contextualización exquisita y las historias de la corte europea, hacen de esta novela un gusto de ser leída.

La recomendamos!

 

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